¿Dejaste las llaves puestas por dentro? Estos 5 trucos te sacarán del apuro

¿Te ha pasado alguna vez? Llegas con prisa, entras en casa sin pensar, dejas las llaves puestas en la cerradura interior y, al salir de nuevo… ¡la puerta se cierra sola! Las llaves quedan dentro y tú fuera.
Si te resulta familiar, tranquilo: es mucho más habitual de lo que crees y tiene solución.

Antes de entrar en pánico o intentar forzar la puerta, existen varios métodos que pueden ayudarte a abrir sin romper nada. Aquí tienes 5 trucos sencillos y efectivos para salvar el día cuando las llaves se quedan puestas por dentro.

Y sí, también veremos cómo recuperarlas sin necesidad de ser cerrajero. ¡Vamos paso a paso!


🔧 1. El truco del aire: sorprendentemente útil

Es un recurso muy utilizado porque, en algunas ocasiones, reduce la presión del resbalón y facilita otros métodos de apertura.

Qué puedes usar:

  • Una lata de aire comprimido (las que se usan para limpiar teclados).
  • O una bolsa pequeña tipo ziploc + pajita.

Cómo hacerlo:

  1. Introduce la pajita por la rendija superior de la puerta.
  2. Inyecta aire para crear presión interna.
  3. Esa pequeña presión puede aflojar el resbalón y ayudarte en la apertura posterior.

No abre la puerta por sí solo, pero puede marcar la diferencia cuando estás probando otros trucos.


🧲 2. Un imán potente para mover el llavero interior

Este método sirve únicamente si tus llaves están colgando por dentro y llevan un llavero metálico pesado.

Necesitarás:

  • Un imán de neodimio o uno muy potente (altavoces antiguos, discos duros, etc.).

Qué debes hacer:

  1. Coloca el imán sobre la zona exterior de la cerradura.
  2. Muévelo despacio hasta intentar atraer o desplazar el llavero interno.
  3. Si logras moverlo ligeramente, podrías abrir con una copia de llave desde fuera.

Es raro que funcione a la primera, pero cuando lo hace… te salva el día.


🔑 3. Usar una llave de percusión (bumping)

Las llaves bumping son herramientas de cerrajería diseñadas para abrir cerraduras sin romperlas.

Cómo se usan:

  1. Introduce la llave bumping en el cilindro.
  2. Dale un pequeño golpe con un objeto rígido.
  3. Si los pistones ceden, podrás girar la llave y abrir.

⚠️ Úsala solo en tu propiedad o con autorización. Es un método técnico que debe manejarse con responsabilidad.


📄 4. La clásica radiografía o tarjeta dura

Perfecta cuando la puerta está solo cerrada de golpe (es decir, sin echar la llave).

Necesitas:

  • Una radiografía antigua, una lámina de acetato o una tarjeta rígida.

Qué hacer:

  1. Introduce la lámina entre el marco y la puerta, justo a la altura del resbalón.
  2. Mueve hacia adentro con firmeza mientras empujas ligeramente la puerta.
  3. Si el pestillo cede, podrás entrar fácilmente.

Es uno de los métodos caseros más eficaces y sigue funcionando como el primer día.


📝 5. Recuperar la llave desde dentro: método del papel

Perfecto cuando la puerta tiene una separación inferior por donde deslizar algo.

Material: una carpeta flexible, hoja gruesa o cartón fino.

Cómo hacerlo:

  1. Inserta el papel o carpeta por debajo de la puerta.
  2. Usa un clip, destornillador o una llave desde fuera para empujar la llave interior hacia abajo.
  3. Si cae correctamente, quedará encima del papel y podrás sacarla tirando de él.

Este truco es sencillo, limpio y no daña la puerta.

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